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En esta tercera colección de telas de la marca Lorenzo Castillo se ha querido dar tanta importancia a los diseños y al colorido como al uso de técnicas nuevas, más modernas, que permitan sorprendentes efectos por la combinación de texturas o estampación de imágenes. Uno de estos ejemplos es la singular aparición de abstracciones en oro o plata sobre terciopelos como en las telas Abeu, Pandu y Arnoldson, maravillosamente combinables entre si.
Así mismo la colección sorprende por la aparición de diseños dibujados a mano por Lorenzo Castillo con motivos de bodegones al más puro estilo picassiano en la tela Lozoya, grafismos inspirados en la cerrajería española de la época Carlos IV (tela Sopeña) o porcelanas chinas del siglo XVIII estampadas sobre terciopelo en la tela Chien.
De nuevo las reminiscencias Op Art, que tanta impronta tienen en el trabajo del diseñador, pero que aparecen esta vez en telas sintéticas con motivos claramente sesenteros y con un toque kitsch, como por ejemplo en la tela Alella.
Por supuesto la colección consta de clásicas telas tapiceras, como los cut velvets pero jugando con un amplio abánico de imaginativas formas haciendo laberintos (tela Tereñes), nidos de abeja (tela Calabrez), espirales tridimensionales (tela Carlinos), conjunciones de geometrías (tela Luigi) o formas inspiradas en los trabajos de lacería granadinos (tela Albalad). Así mismo, y basándose en su imaginería más personal, aparece la tela Mendilibar, en la que el terciopelo se corta ofreciendo el aspecto del ladrillo, protagonista de la fachada de la casa asturiana del decorador, de principios del siglo pasado.
La paleta de colores es una vez más tremendamente característica del trabajo del decorador. Aparecen de nuevo el verde esmeralda, el azul marino, el negro ala de mosca y el chocolate, tan necesarios en la “Alta Decoración” según sus propias palabras. La novedad en esta colección reside en incluir de manera consciente colores neutros, sean grises o tostados, blancos marfil o topos, abriendo la posibilidad de combinaciones más serenas y empastadas. En esta línea depurada, se incluye la tela Sardalla, resultado de la combinación de cientos de hilos de tonos neutros con un efecto de enriquecido falso liso Dentro de esta técnica de terciopelos cortados estarian dos diseños de impactante efecto decorativo y por tanto presumiblemente highlights de la colección. El primero de ellos simboliza un motivo de eslabones de cadena muy esquematizado con mezclas bicolores siempre sobre un fondo plata (tela Juanin) El segundo de ellos, más en la línea clásica, es la tela Alejandro, un motivo de nuevo inspirado en el punto de Hungria (ya presente en la tela Janano del Volume II) pero esta vez incluyendo distintos colores en un mismo patrón.
Y en este grupo también incluir el terciopelo cortado haciendo sillares o ladrillos rotos, tremendamente contemporánea de concepto y usos.
Terminamos la amplia colección con dos básicos:
Uno es el lino estampado, en este caso con un diseño vegetal de clara inspiración japonesa visto desde un punto de vista ingles a más puro estilo Arts and Crafts. En ella, colores muy suaves como el azul agua, rosa palo o amarillos con toques de blanco que aporta frescura a un lino de por sí ligero. La colección se complementa con una pléyade de terciopelos monocromáticos, con un ligero efecto rayado, de más de 30 colores incluyendo gran cantidad de colores empolvados junto a básicos imprescindibles en nuestro estilo clásico revisitado como oros viejos y cobres.